lunes, 14 de abril de 2014

DIA 2. LAS CABEZAS DE SAN JUAN --- GUILLENA


Día de carretera y equivocaciones








Las Cabezas de San











La salida de las Cabezas de San Juan, como viene siendo la norma en la Provincia de Cádiz, está mal señalizada. Le hemos preguntado a un señor por la autovía y nos ha mandado a la Nacional, la cual también llega donde queríamos pero dando mucho más rodeo. Antes de llegar a ella hemos atravesado campos y campos de cereales paralelos a un canal. Al llegar a un cruce entre la autovía y la nacional hemos intentado acceder a la vía de servicio que pensábamos que tenía. Casi nos metemos en la autovía, así que vuelta hacia atrás y a buscar otro acceso. Finalmente hemos saltado el quitamiedos y 
nos hemos metido por un camino que terminaba de forma abrupta en un río, el cual no podíamos cruzar. Vuelta hacia atrás hasta la Nacional que nos llevaba a Palacios dando bastante rodeo pero por lo menos sabíamos que era una alternativa segura. Después de Palacios, Dos Hermanas y ya estábamos en Sevilla, tarde pero allí estábamos.




Llegando hacia medio día, 2 horas en la capital Andaluza nos han llevado a la Plaza de España, Jardínes de María Luisa, La Catedral con la Jiralda, la Torre del Oro y finalmente, al Puente de Triana por el que se abandona la ciudad y a partir de él el camino está perfectamente señalizado. 




Tras abandonar la ciudad nos adentramos en Camas, y luego por carretera llegamos a Santiponce donde están las ruinas de Itálica, ciudad fundada por Escipión el Africano cuya finalidad fue ser Hospital de campaña en la guerra contra Cartago. En ella se encuentra uno de los mayores anfiteatros con capacidad para 25.000 espectadores. A pesar de encontrarla cerrada por la parte de atrás se puede observar parte de las ruinas.
Para finalizar el camino a través de una pista hacia Guillena  nos hemos encontrado al primer peregrino de la ruta, un señor de Ciudad Real que empezaba su aventura en Sevilla. Pero antes llegamos a  la altura del arroyo de los Molinos que como consecuencia de que lleva mucho agua lo tenemos que vadear por una terreno un tanto abrupto.

Llegamos a Guillena, un pueblo pequeños donde el albergue está lleno así que vamos a un hostal. Y allí recuperaremos fuerzas para mañana.



La vía en la provincia de Sevilla está muy bien señalizada y no tenemos problemas  ni damos muchos rodeos para encontrar el camino, un aspecto fundamental para la tranquilidad del peregrino donde la incertidumbre de no saber si vas bien y los pasos que has de volver hacía atrás para comprobar la ruta nos hacen perder mucho tiempo.


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